lunes, junio 22, 2009

la mala influenza que nos aplicaron


Y es que al menos lo parece así, si lo miramos desde un punto de vista objetivo, sin tapujos, pues honesto, es imposible engañarse: se los dije en su momento que nos la aplicaron sin el menor recato.

Recuerdo los comentarios mordaces cuando anuncié si el menor sentimiento de culpa o temor el celebrar mi cumpleaños en lugar público justo el día que las autoridades sanitarias decretaron el estado de sitio, prohibiendo las reuniones en lugares públicos dada la emergencia ocasionada por los casos de influenza.

Algún amigo me canceló con toda honestidad aduciendo a la paranoia que le embargaba, comentandome además que estaba encerrado en un bunker con 10 cartones de chelas, un buen guato de mariguana, latas de atún en abundacncia, un buen de series de tv gringas y su lady con la mejor disposición a compartir semejante espéctaculo desde la comoda y segura tranquilidad de su casa. Aplaudí con beneplacito su gusto por un buen encerrón con su amada en la cama, que no hay cosa más deleitosa que el retozar enpiernado con la chica que dice que te ama, y además te lo demuestra en el colchón.

Otro de plano se presento con tapabocas, guantes y gel para usar después de dar el cordial abrazo, para luego salir cual repartidor de pizzas pero si esperar siquiera la propina. Hubo otros cuyo silencio ante el teléfono, mail, celular y messenger me hizo dudar en lo entregado de su amistad, incluso llegué a pensar que en realidad tan funesto mal si existía y a enfermado a tales amigos, a la fecha no se de ellos, si del nivel de amistad que tenemos y del virus, nada.

Entre chelas alemanas, canadienses y belgas, entre escoceses, bourbons, tabáco y buena música, 14 amigos y un servidor conbebieron en el St.Patricks de la Condesa, con el mejor ánimo brindando por los cumpleaños y sobre todo por nuestra buena salud. Salud por los ojetes genios que inventaron la influenza y sus resultados sobre el bolsillo de la población, salud por que al final como siempre estamos sanitos, vivos y coleando, salud por los que como yo no nos la creimos ni nos la creemos.