domingo, abril 06, 2008

Un angel

En el reino de lo que viene después del verano, habitan las quimeras y alebrijes menos deseados, la prisa en el andar, la autómata maquina acelera por acabar, su calma, su andar, su resucitar.

Los niños se levantan más tarde,el amanecer se vuelve amorfo, ínsipido y obtuso:grisaceo plafón de nubes sin color.

La gran calzada se vuelve un panteón sin gloria:autos de colores pardos estancados en una tonta carrera para ratas de laboratorio, el tiempo se acelera, sin embargo no cambia nada, todo se queda.

Huele a carbón quemado, hoja de maíz y atole de arroz; las calles se descarnan en girones de latas vacías y bolsas de supermercado, una serpiente de humo negro en ascensión nace en el escape de un camión, inútiles bultos se confunden entre los cansados brazos:

maraña de bufandas, abrigos, y gorros de algodón, maldito sol inquisidor, oculto traidor por la mañana, tirano despues del mediodía, tímido insensible al atardecer; mañana bajo un sol caprichoso: sueños de hojas que nunca van a reverdecer:

no hay hojas que pisar sobre las aceras, sólo escupitajos, charcos mugrosos y pasos rotos, en las esquinas brujas, diablos y calabazas se revuelcan con gatos erizados etre telarañas, telarañas de nylon, calabazas de plástico y máscaras de hule, zempazuchitl, calaveritas de azucar y platos rebosantes de camote adonan fotografías:
rostros desconocidos:
rostros de muerte:
rostros de olvido y memorias cortas:
rostros sin nombre:sin fama:
ofrenda a la huesuda que ríe en cada uno de ellos, desde que nacen entre cemento, vidrios polarizados y caos vial.

La marcha del verano duele más: se van las sandías, las arenas, sus tormentas y sus delirios hechos sudor entre las sábanas; el sexo dormita y se retira, hace frío, y no hay rómantico viento del este, de olor a lavanda y almizcle para respirar:hay olores a aceite requemado y un cielo nublado que corta como navaja, los sueños, los supuestos y el otoño.

Angel Tovilla

...y es que el polvo no solo estaba sobre los muebles

Se metio también debajo de la almohada,
cubrió de olvido los sueños; los hizo rutina y costumbre,
arrancandoles la vida,
sumergiendolos en un letargo peligroso;
dejé atrás el tiempo,las horas lentas plagadas de segundos desperdiciados,
salté por la ventana,
con el hocico sangrante,
las venas partidas, alarido en la noche, carne sin dueño;
oculto entre las luces de neon
y un cielo pardo cubierto de polución, tragedia y mentiras,
sumergiendome en el maya más dulce,
lloré tu partida, vestí de telarañas mi piel, teñí de sangre mis ojos,
consumiendome en el fuego, caí en el escenario, las luces se apagaron, el telón subio en la penumbra.

Silencio....

...larva, leche, magma... luz.

Bajo tu observante mirada encendí el fuego sagrado del amor,
la más cruel de las ilusiones, la más hermosa de las vivencias para el alma,
intermitencia maldita que esboza las sonrisas,
los besos,
las caricias, el sexo y la locura,
creí de nuevo y eché a volar mis alas partidas;
lento vi los amaneceres con la frescura del invierno,
escuché otras palabras, en otros idiomas, subí por las ramas, salte las bardas, corrí como un loco, fuí vertigo en carreteras de celuloide, luces y bufones, corrí y corrí,te deje atrás y llegue a esta ciudad añorada...
aroma familiar,
retrato escondido en un cajón,

Qué haces aquí?

silencio

el infinito sonido de la existencia

silencio

reconocí tus pasos,

recorrí tus calles,

subí montañas de acero y granito deseando verte de nuevo,

caminé en el desierto de mi soledad llena de marquesinas apagadas,

y es que el polvo cubría mis parpados, mi memoria y el corazón,

imperativa volviste fustigando mi alma,

tu perfume,

tus silencios, tu sonrisa inolvidable,
cada rincón tú, furiosa y callada,

contenida en cada rostro desconocido
esbozos de tu rostro inescrutable,
arte,
magia,
color,
música y amor,

te lloré de nuevo agradecido en una banca del muelle, frente a brooklyn,
frente tus ojos llenos de negrura serena, dulce y tierna,
me hundí desesperado en el Atlántico que atravesamos juntos,
pregunté a las ballenas que nunca vimos
a las sirenas fluorescentes que dejamos atrás entre medusas de plomo, marihuana, bukowski y LSD,
te lloré como un niño que extraña a su madre, perdido en Central Park,
buscando a Charlie en cada pajaro,
a Coltrane en cada paso
y a Allen en ventanales llenos de interiores sin argumento;
rezando el evangelio de Saramago,
implorandole a Cortazar el fuego de todos los fuegos,
buscando la abundancia en la tierra prometida de Wenders... mi cuerpo se partió en barras y estrellas, masticado por la puta de América, sacrificado en Wall Street, fusilado, desolado...

te busqué y ya no estabas...

SILENCIO TOTAL

SILENCIO TOTAL

silencio

borracho frente a la nada brinde por tí,

por tu recuerdo por haber sido mi madre,
mi amiga, mi abuela, te dejé ir,
me hice uno...

sólo uno contra el polvo.

A Estela.

New York, Nov 2006.