martes, diciembre 19, 2006

Bostonianos



Rojos ladrillos, escaleras de emergencia, concreto y un cielo azulado. Boston es quizá una de las ciudades con la mejor iluminación natural para ser fotografiada. Los amaneceres son particularmente llenos de contraste, como si un gran filtro dorado cubriese la amplitud del sol cada mañana.

Tomaré un café el centro financiero, después paseare por el puerto, recorreré el barrio chino y su ajetreo, tomaré una pinta de cerveza irlandesa en algún pub, y no, no comeré langosta, nunca me ha gustado el grito que emiten cuando las cocen vivas, es aterrador y sumamente cruel el martirio.

Me imagino lo que pasa en estos monolíticos edificios que representan parte del poder en el pais de las caras rojas, blancas, negras, amarillas, morenas. Como se toman las decisiones bajo la cúpula dorada del congreso, como se decide el futuro de esta nación, y de otras tantas más, incluido México.

En "The Departed" la última película de Scorcese, filmada coincidentemente con mi viaje, en Boston; aparece al final una rata paseando cínicamente frente al ventanal de el personaje que interpreta Matt Dammon, "casualmente" en el fondo se ve la dorada cúpula del congreso. Una insunuación que podría quitarle o darle el Oscar de este año al genial director norteamericano. Esto lo digo porque aquí por las noches las ardillas se convierten en ratas, justo en el parque del congreso. Simbólica mutación que subjetivamente interpreto como un signo de humor que la naturaleza manifiesta de manera contundente: cuantos de esos pulcros y bien vestidos congresistas bostonianos, enfundados en sus perfectamente manufacturados a la medida, trajes de Kashmire Ingles, no son en los patios obscuros del poder Estadounidense más que una pandilla de ratas bien vestidas, dispuestas a traspasar todo principio de honestidad, con el fin de alcanzar sus objetivos personales.

Hoy me siento contento, sabiendo que después de todo, y a pesar de las ratas, Estados Unidos me parece un pais dónde muchas personas hacen realidad sus sueños, Boston se respira limpio y por ahora, las cloacas bostonianas, no me interesa visitarlas.